Post by Club Fans Jaime Camil España on Apr 2, 2007 12:54:12 GMT 1
"No creo ni en la Cuba de Castro ni en la de Miami"
El actor piensa que no hay que magnificar a Fidel Castro. El dictador cubano "es víctima del destino; no es en sí mismo más grande que nadie. No deja de ser un ser humano. Minimicémoslo".
25 de marzo de 2007. Juan Luis Galiardo es un gran conversador. No se conforma con interpretar el personaje que le toca. Los diálogos que memoriza para sus papeles cinematográficos o teatrales los desmenuza y rumia extrayendo conclusiones. En estos momentos, es uno de los grandes protagonistas de la cartelera teatral madrileña con Humo, en la que tiene a Kity Manver como compañera de reparto. El próximo 27 de abril se estrena I love Miami, una película en la que interpreta a Fidel Castro. Galiardo ha intervenido en más de cien películas. Tiene un Goya en su haber.
¿Qué es lo que más le atrae del papel que interpreta en I love Miami?
Me atre muchísimo la capacidad de supervivencia de un hombre al que la vida en un momento dado lo desposee de los atributos de su poder, de su mismidad. Fidel Castro, después de sufrir un atentado, es vomitado desnudo, como Jonás por la ballena, a una playa de Miami en circunstancias hostiles y tiene que sobrevivir en la máxima desnudez. A mí me parece que ése es uno de los ejercicios más hermosos: partir de cero y convertirse en un nuevo ser, Alejandro Sánchez, con una personalidad que él tiene que configurar para defenderse en esa sociedad hostil, en la que él no puede presentarse, en ningún caso, con su verdadera identidad. Ese recorrido me parece importantísimo; yo lo he tenido que hacer alguna vez en mi vida, escarbar en mi subconsciente para renacer de mis cenizas. Es uno de los ejercicios más hermosos desde el punto de vista humano, y fructífero desde el punto de vista actoral.
¿Sería capaz Fidel Castro de interpretar realmente ese papel de empezar de nuevo habiéndolo tenido todo?
A mí Fidel Castro me parece un excelente actor, un gran histrión. Es un hombre que ha representado una gran obra de teatro. No sé si llegaría a ese extremo, pero lo que sí puedo decir es que Fidel Castro, con independencia de su bondad o maldad, es una grandísima personalidad, enormemente atrayente, que a cualquier ser humano le interesa. Y, desde luego, lo que está claro es que para un actor como yo, que ha abordado personajes como El Quijote, Cervantes o Don Juan Tenorio en diferentes ocasiones, el de Fidel es muy atractivo.
¿Le ve con la humildad necesaria para partir de cero?
No, no la tiene. Habría que llevarlo a una reencarnación.
¿Qué necesitan los cubanos y el exilio de Miami para que la isla tenga una transición pacífica?
La revolución sí le ha dado al pueblo cubano cultura y formación. Creo que la transición desde la cultura será mucho más permisiva, pero también creo que el pueblo cubano, tras la muerte de Castro, requerirá de un fuerte apoyo externo. Necesitará que países importantes, incluido Estados Unidos, no radicalicen el problema y echen una mano para que ese proceso se viva pacíficamente.
¿Una historia tan trágica como es la que fundamenta esta película se puede desdramatizar hasta el punto de hacer de ella una tragicomedia?
Esta película tiene dos reflexiones profundas por las que, sólo por ellas, merece la pena esta película. Hay un momento donde Ofelia Medina, que interpreta a la dueña de El Mojito, quien le da acogida a Fidel, al hablar de la reconciliación, del odio y del perdón, le dice sin saber quién era auténticamente: "Perdonar es comprender y a veces comprendemos tanto que no hay nada que perdonar". Hay otro más al final de la película, cuando ella, la abuela, le cuenta a su nieto el célebre cuento de la rana y el alacrán. Ella le pregunta: "¿Qué quieres ser: alacrán o rana?". Y el pequeño responde que "delfín". De esta manera se está diciendo que no sólo se puede elegir entre verdugo o víctima, sino que hay que apostar por otros caminos como el de la pluralidad.
¿Quién es para usted Fidel Castro? ¿Un Dios o un Demonio?
Fidel Castro es un hombre que ha tenido que cumplir un destino. Yo soy un actor formado en los clásicos y, por tanto, la idea del destino también es crucial para mí. Es producto de unas circunstancias. Es un producto del destino. Al igual que otros personajes magnificados por la historia, no es en sí mismo más grande que otros. Le ha tocado representar un papel protagonista en una fase de la historia, pero no deja de ser un ser humano. Víctima del destino. No lo agrandemos. Minimicémoslo.
¿Qué opina de la otra Cuba?
Está tan radicalizada como la Cuba de Fidel Castro. Los exiliados han llegado un punto en el que uno es reflejo del otro. Las dos Cubas no dejan de radicalizarse. Pero una cosa son esos portavoces ruidosos y otra el pueblo llano y sencillo. Creo más en la silenciosa supervivencia de esos miles de cubanos.
¿Encuentra algún aspecto positivo en la ideología comunista?
Todas las ideologías han sido desgraciadamente arrasadas. El ser humano necesita fe en proyectos que él se invente, no en proyectos que le impongan desde fuera. Creo mucho en el diálogo interior del hombre. Debe hacer un viaje hacia su interior y descubrir en el magno libro de la sabiduría que es su conciencia el secreto de su impulso vital. La mayoría de las ideologías han sido masacradas y pisoteadas desde fuera por los propios hombres.
Y en ese diálogo en busca de ese proyecto, ¿qué papel juegan la religiones?
Todas las religiones tienen un origen maravilloso, que es desgastado por el hombre en sus jerarquizaciones, sus manipulaciones y aplicaciones. La religión es buena siempre y cuando nuestra relación sea vertical hacia Dios y horizontal hacia los hombres. La intermediación en nuestra relación con Dios no puede estar nunca manipulada por los intermediarios.
Parece que los sacerdotes no le gustan mucho.
No es que no me gusten. Creo que mi relación con Dios la debo tener yo directamente. El cura puede ser un dialogante más, pero nunca mi intermediario.
Hablemos de Humo. ¿Hay muchos vendedores de humo?
Sí, muchísimos, de ahí que esto obra esté teniendo tanto éxito porque en una sociedad tan descreída como ésta aparecen automáticamente los vendedores fáciles. Es más complejo difundir la Biblia, que es muy densa, que las terapias alternativas para ser feliz. Nuestra obra trata de descubrir los tipos de mentiras en los que estamos instalados.
¿Qué tipo de vendedores de humo más detesta?
Los más terribles son aquellos que proponiendo una panacea de felicidad hacen mucho daño a los humanos. El más peligroso de todos es el político; el segundo, el religioso; después, el jurista, el médico... Depende de su grado de responsabilidad social. Nosotros, los que nos dedicamos al entretenimiento, no somos nada peligrosos.
¿Cuánto de representación tiene esta vida?
La vida debe ser tomada una parte en serio y otra con humor. Ahí está el equilibrio.
¿Sabemos reírnos los españoles de nosotros mismos?
Desgraciadamente, no. En vez de reírnos de los demás, debemos empezar por nosotros.
¿Sigue el teatro inmerso en la supuesta crisis de siempre?
El teatro está inmerso en la maravillosa crisis de la vida. Estamos vivos en crisis como la mismísima vida.
¿Está haciéndose el teatro español con los jóvenes?
Empieza a hacerse con los jóvenes. Pero no debe preocuparnos mucho porque acabarán conectando perfectamente.
Fuente: El Semanal Digital