Post by pitufa on Nov 24, 2008 15:39:06 GMT 1
CORTESÍA DE SANDRIUXKA DE UNIVISIÓN.
después de 18 meses tratando de sacar el proyecto adelante, de bregar en busca de financiación, de rodar y rodar, la claqueta tiene la boca más que saciada. Las manos de todo el equipo están preparadas para los últimos aplausos, esas palmas privadas que ponen el THE END a los rodajes. El champán ya se ha puesto a enfriar.
Regresa ya está filmada. Alejandro González, que convirtió sus ideas en guión, ha transitado también el camino de las palabras a los gestos, a las voces, y las ha registrado en el encuadre de su cámara. Es la segunda cinta del realizador mexicano, que tras convertir a Juan Luis Galiardo en Fidel Castro en I love Miami se sube al carro -a la carroza- de la comedia romántica en su nuevo largometraje.
Una película con sabor mexicano... Y vasco. Tras la primera fase del rodaje en el D.F., durante los últimos días el equipo ha echado raíces en tierras alavesas, copando localizaciones repletas de sabor histórico. Las torres de Varona y Mendoza y la Casa del Cordón han servido como decorados para una cinta que gusta de saltar en el tiempo.
Punto de despegue, México. Una pareja, tras siete años en común, se encuentra en plena crisis. Él, un empresario agresivo que no concibe el hecho de formar una familia. Ella, una mujer que sufre una regresión y, de repente, empieza a hablar un extraño dialecto.
"Jaime naiz", se presenta el protagonista. "Jaime nice ", bromea después. La energía recorre cada movimiento de Jaime Camil, que últimamente está subido al tren de la comedia. Para muestra, el título de uno de sus últimos proyectos, Salvando al soldado Pérez . "Es un género muy noble, soy fan. Me gusta verlo en el cine y actuarlo".
¿Y cómo ha acabado un galán mexicano chapurreando euskera en la calle Cuchillería? "A Alejandro lo conozco de mucho tiempo atrás y tuve la suerte de estar en su opera prima ", recuerda Camil, que ha disfrutado de la evolución de su personaje, desde su "odioso" perfil inicial hasta el redescubrimiento del cortejo y de los afectos. Es el último día de rodaje, pero Jaime no tiene incertidumbre. Le sobran proyectos. Por un lado Nine , el musical que Banderas interpretó en Broadway. Por otro, recorrer su país en moto para una serie televisiva, como ya hiciera alrededor del mundo su colega Ewan McGregor.
Jaime tiene un cita con el teatro todos los domingos. Interpreta al genio de Aladino en México, esquivando como puede al jet lag . Por eso se perdió el corderito a la sidra con que el actor irundarra Javier Tolosa deleitó al equipo en Hondarribia. No en vano, su personaje es un chef, reconvertido en singular intérprete de esas palabras que nadie puede entender en México. De esas palabras en euskera.
"Mi personaje es la parte de la comedia de la película, es un personaje bombón, y además Alejandro me dejaba aportar, nos comprábamos mutuamente las ideas", explica el intérprete, al que hemos podido ver, entre otros trabajos, en las series MIR , Impares o en Amar en tiempos revueltos . "Ha sido una experiencia muy bonita", confiesa el actor, que cruzaba el Atlántico por primera vez con esta producción hispano-mexicana, y que ahora volverá a su eje Madrid-Irún en busca de nuevos proyectos.
Blanca Soto, que completa el reparto principal, rueda la última escena. Su personaje se mueve en flashback entre la actualidad y el siglo XV, donde toma el rol de una princesa vasca. También el encuadre retorna a la historia. El rodaje en la torre de Varona contó incluso con una carroza de la época, llegada desde Madrid.
Pero la capital no se llevará de vuelta el estreno de esta cinta. La alfombra roja, además de en México, se extenderá en Gasteiz. Las previsiones miran al verano como posible fecha para la premiere . Alejandro González está tranquilo, satisfecho de la respuesta y de la implicación del equipo. "Se engancharon todos desde el guión, quizás porque no es muy pretencioso. Habla del amor de una manera muy bonita, no es una comedia alburera, ni tampoco sexual".
Alejandro confiesa que al principio no confiaba en poder levantar el proyecto. Rodar en la Península era una sueño. Los sueños, como los guiones, pueden convertirse en realidad. Al menos ha sucedido en esta producción independiente, "con el apoyo de las instituciones vascas", remarca el director. Su padre es de Santander. Su segundo vástago audiovisual, medio alavés. La comedia está casi en su punto.
SUBIDLO PLEASE
después de 18 meses tratando de sacar el proyecto adelante, de bregar en busca de financiación, de rodar y rodar, la claqueta tiene la boca más que saciada. Las manos de todo el equipo están preparadas para los últimos aplausos, esas palmas privadas que ponen el THE END a los rodajes. El champán ya se ha puesto a enfriar.
Regresa ya está filmada. Alejandro González, que convirtió sus ideas en guión, ha transitado también el camino de las palabras a los gestos, a las voces, y las ha registrado en el encuadre de su cámara. Es la segunda cinta del realizador mexicano, que tras convertir a Juan Luis Galiardo en Fidel Castro en I love Miami se sube al carro -a la carroza- de la comedia romántica en su nuevo largometraje.
Una película con sabor mexicano... Y vasco. Tras la primera fase del rodaje en el D.F., durante los últimos días el equipo ha echado raíces en tierras alavesas, copando localizaciones repletas de sabor histórico. Las torres de Varona y Mendoza y la Casa del Cordón han servido como decorados para una cinta que gusta de saltar en el tiempo.
Punto de despegue, México. Una pareja, tras siete años en común, se encuentra en plena crisis. Él, un empresario agresivo que no concibe el hecho de formar una familia. Ella, una mujer que sufre una regresión y, de repente, empieza a hablar un extraño dialecto.
"Jaime naiz", se presenta el protagonista. "Jaime nice ", bromea después. La energía recorre cada movimiento de Jaime Camil, que últimamente está subido al tren de la comedia. Para muestra, el título de uno de sus últimos proyectos, Salvando al soldado Pérez . "Es un género muy noble, soy fan. Me gusta verlo en el cine y actuarlo".
¿Y cómo ha acabado un galán mexicano chapurreando euskera en la calle Cuchillería? "A Alejandro lo conozco de mucho tiempo atrás y tuve la suerte de estar en su opera prima ", recuerda Camil, que ha disfrutado de la evolución de su personaje, desde su "odioso" perfil inicial hasta el redescubrimiento del cortejo y de los afectos. Es el último día de rodaje, pero Jaime no tiene incertidumbre. Le sobran proyectos. Por un lado Nine , el musical que Banderas interpretó en Broadway. Por otro, recorrer su país en moto para una serie televisiva, como ya hiciera alrededor del mundo su colega Ewan McGregor.
Jaime tiene un cita con el teatro todos los domingos. Interpreta al genio de Aladino en México, esquivando como puede al jet lag . Por eso se perdió el corderito a la sidra con que el actor irundarra Javier Tolosa deleitó al equipo en Hondarribia. No en vano, su personaje es un chef, reconvertido en singular intérprete de esas palabras que nadie puede entender en México. De esas palabras en euskera.
"Mi personaje es la parte de la comedia de la película, es un personaje bombón, y además Alejandro me dejaba aportar, nos comprábamos mutuamente las ideas", explica el intérprete, al que hemos podido ver, entre otros trabajos, en las series MIR , Impares o en Amar en tiempos revueltos . "Ha sido una experiencia muy bonita", confiesa el actor, que cruzaba el Atlántico por primera vez con esta producción hispano-mexicana, y que ahora volverá a su eje Madrid-Irún en busca de nuevos proyectos.
Blanca Soto, que completa el reparto principal, rueda la última escena. Su personaje se mueve en flashback entre la actualidad y el siglo XV, donde toma el rol de una princesa vasca. También el encuadre retorna a la historia. El rodaje en la torre de Varona contó incluso con una carroza de la época, llegada desde Madrid.
Pero la capital no se llevará de vuelta el estreno de esta cinta. La alfombra roja, además de en México, se extenderá en Gasteiz. Las previsiones miran al verano como posible fecha para la premiere . Alejandro González está tranquilo, satisfecho de la respuesta y de la implicación del equipo. "Se engancharon todos desde el guión, quizás porque no es muy pretencioso. Habla del amor de una manera muy bonita, no es una comedia alburera, ni tampoco sexual".
Alejandro confiesa que al principio no confiaba en poder levantar el proyecto. Rodar en la Península era una sueño. Los sueños, como los guiones, pueden convertirse en realidad. Al menos ha sucedido en esta producción independiente, "con el apoyo de las instituciones vascas", remarca el director. Su padre es de Santander. Su segundo vástago audiovisual, medio alavés. La comedia está casi en su punto.
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