Post by Club Fans Jaime Camil España on Mar 14, 2007 13:17:04 GMT 1
González Padilla presenta «I love Miami» y dice que el dictador «debería convocar elecciones»
Carmen L. Lobo
Juan Luis Galiardo, caracterizado como el dictador cubano
MÁlaga-Tras sobrevivir a un atentado en las costas de Cuba, un malherido Fidel Castro (Juan Luis Galiardo) llega a Miami en balsa. Ante su desaparición, el Gobierno de la isla decide mentir y decirle al pueblo que ha enfermado para ganar tiempo y anunciar el traspaso del mando al hermano del dictador. El punto de partida del primer largometraje dirigido por el mexicano Alejandro González Padilla ha levantado ampollas entre los acólitos del régimen e, incluso, los exiliados.
-¿Por qué y cómo nace esta historia?-Vi un día la llegada de balseros a Miami «in situ» y me parecieron maravillosos esos éxodos. Pensé que podía hacer un filme sobre el tema, pero, ¿protagonizado por quién? Descubrí que lo mejor era que el balsero fuese Castro que llega a ese lugar para ver lo que él ha originado. Porque Castro creó dos Cubas, la de Miami y la de la isla. En resumen, le hemos ofrecido, en la ficción, unas vacaciones para reflexionar... Los dictadores, ya sean de origen revolucionario o militar, terminan regodeándose en su poder y cayendo en el mismo error cometido por las personas que suplantaron.
-Más difícil es olvidar.
-Por supuesto, resulta imposible.
-E inviable, porque la historia se puede repetir.
-En efecto.
-Y narra esta historia en clave de humor, como esas largas parrafadas del dictador en defensa de la sociedad cubana.
-Sí, está ridiculizado. No obstante, en «I love Miami» aparecen pinceladas biográficas de Castro, de ahí que la inclusión de los personajes que aparecen no sea gratuita. Por ejemplo, la viuda cocinera remite a su madre, y el niño bastardo a Castro.
-¿Y no le parece contradictorio que la izquierda defienda a un hombre que ha privado de libertad a centenares de miles de seres humanos?
-Claro, totalmente. El delito del comandante Huber Matos, cuyo testimonio aparece en el filme, fue decirle a Castro que convocase elecciones... Lo mandó a la cárcel. Eso es fascismo de izquierda. Aunque la izquierda reaccionaria lo apoye, es de gente sabia evolucionar. El error de Castro ha sido su incapacidad para evolucionar.
-Hay, en este sentido, una imagen muy gráfica en «I love Miami», con esa paloma del final...
-Me alegro de que te hayas fijado en eso. Las imágenes incluidas de Fidel con ese animal en su hombro son reales. Hasta ese momento iba la cosa fantástica. Sin embargo, el que otra paloma se le cague encima en la última parte de la cinta quiere decir que el propio Castro la terminó cagando.
Idolatrado y odiado
-¿Y los cubanos, qué piensan?
-Por su puesto, su embajada ha rechazado mis invitaciones para verla. Te digo más: la película ha molestado a los de «dentro» y a los exiliados, ya que el filme también ofrece la imagen del cubano corrompido y rico de ultra derecha afincado en Miami. En resumen: el que odia a Castro dice que hablo bien de él, y el que lo quiere, lo contrario... De cualquier manera, la cinta no se va a estrenar ni en Miami, donde viven de caricaturizarlo, ni en Cuba, donde viven de idolatrarlo.
-Fidel no conocerá la película.
-Qué va, seguro que ya la vio, sus hilos están en todas partes...
-¿Y a estas alturas qué es lo mejor que podría hacer Castro?
-Convocar elecciones y terminar, así, su misión. Sería muy digno por su parte dejar detrás un país demócrata.
-A lo mejor su amigo Chávez le da la idea...
-Ni mencionemos a ese payaso..., una mala copia de Castro. Pregúntale a los venezolanos. Te diré que mi próximo trabajo es otra comedia sobre las nacionalidades de su país que se llamará «Soy español, luego, no existo»... La gente se está desgastando en dividir a España, cuando la UE se esfuerza por estar unida...Todo parte de personas que por interés económico quieren separar al pueblo español.
Fuente: Periódico La Razón
Carmen L. Lobo
Juan Luis Galiardo, caracterizado como el dictador cubano
MÁlaga-Tras sobrevivir a un atentado en las costas de Cuba, un malherido Fidel Castro (Juan Luis Galiardo) llega a Miami en balsa. Ante su desaparición, el Gobierno de la isla decide mentir y decirle al pueblo que ha enfermado para ganar tiempo y anunciar el traspaso del mando al hermano del dictador. El punto de partida del primer largometraje dirigido por el mexicano Alejandro González Padilla ha levantado ampollas entre los acólitos del régimen e, incluso, los exiliados.
-¿Por qué y cómo nace esta historia?-Vi un día la llegada de balseros a Miami «in situ» y me parecieron maravillosos esos éxodos. Pensé que podía hacer un filme sobre el tema, pero, ¿protagonizado por quién? Descubrí que lo mejor era que el balsero fuese Castro que llega a ese lugar para ver lo que él ha originado. Porque Castro creó dos Cubas, la de Miami y la de la isla. En resumen, le hemos ofrecido, en la ficción, unas vacaciones para reflexionar... Los dictadores, ya sean de origen revolucionario o militar, terminan regodeándose en su poder y cayendo en el mismo error cometido por las personas que suplantaron.
-Más difícil es olvidar.
-Por supuesto, resulta imposible.
-E inviable, porque la historia se puede repetir.
-En efecto.
-Y narra esta historia en clave de humor, como esas largas parrafadas del dictador en defensa de la sociedad cubana.
-Sí, está ridiculizado. No obstante, en «I love Miami» aparecen pinceladas biográficas de Castro, de ahí que la inclusión de los personajes que aparecen no sea gratuita. Por ejemplo, la viuda cocinera remite a su madre, y el niño bastardo a Castro.
-¿Y no le parece contradictorio que la izquierda defienda a un hombre que ha privado de libertad a centenares de miles de seres humanos?
-Claro, totalmente. El delito del comandante Huber Matos, cuyo testimonio aparece en el filme, fue decirle a Castro que convocase elecciones... Lo mandó a la cárcel. Eso es fascismo de izquierda. Aunque la izquierda reaccionaria lo apoye, es de gente sabia evolucionar. El error de Castro ha sido su incapacidad para evolucionar.
-Hay, en este sentido, una imagen muy gráfica en «I love Miami», con esa paloma del final...
-Me alegro de que te hayas fijado en eso. Las imágenes incluidas de Fidel con ese animal en su hombro son reales. Hasta ese momento iba la cosa fantástica. Sin embargo, el que otra paloma se le cague encima en la última parte de la cinta quiere decir que el propio Castro la terminó cagando.
Idolatrado y odiado
-¿Y los cubanos, qué piensan?
-Por su puesto, su embajada ha rechazado mis invitaciones para verla. Te digo más: la película ha molestado a los de «dentro» y a los exiliados, ya que el filme también ofrece la imagen del cubano corrompido y rico de ultra derecha afincado en Miami. En resumen: el que odia a Castro dice que hablo bien de él, y el que lo quiere, lo contrario... De cualquier manera, la cinta no se va a estrenar ni en Miami, donde viven de caricaturizarlo, ni en Cuba, donde viven de idolatrarlo.
-Fidel no conocerá la película.
-Qué va, seguro que ya la vio, sus hilos están en todas partes...
-¿Y a estas alturas qué es lo mejor que podría hacer Castro?
-Convocar elecciones y terminar, así, su misión. Sería muy digno por su parte dejar detrás un país demócrata.
-A lo mejor su amigo Chávez le da la idea...
-Ni mencionemos a ese payaso..., una mala copia de Castro. Pregúntale a los venezolanos. Te diré que mi próximo trabajo es otra comedia sobre las nacionalidades de su país que se llamará «Soy español, luego, no existo»... La gente se está desgastando en dividir a España, cuando la UE se esfuerza por estar unida...Todo parte de personas que por interés económico quieren separar al pueblo español.
Fuente: Periódico La Razón